sábado, 20 de febrero de 2016

MUCHA INFORMACIÓN, POCO TIEMPO

Como Abogada egresada en el siglo pasado, se me han venido encima muchos cambios que han resultado en una saturación de conocimientos y en un verdadero caos para organizar mis tiempos de lectura, los que antes se me hacían todo un placer; ahora pareciera que me vuelven una absoluta demente. Como si fuera poco, el hacer frente a la llamada globalización comercial tan sonada en los años noventas, los abogados tenemos que asumir el desfase de doctrinas jurídicas que por decenas de años se habían aprendido en las aulas y eran reforzados con libros de papel ya amarillento, pero era bastante para poder "batir espadas" en el área del litigio, sin embargo; hoy por hoy tales libros y doctrinas se han convertido en azadones de palo y los litigantes más vanguardistas están haciendo uso de Tratados Internacionales, jurisprudencia, Derecho comparado y hasta de analogías internacionales; lo cual por supuesto deja en clara desventaja a quienes vamos avanzando con dificultad en el manejo de herramientas tecnológicas de búsqueda. Por lo que se me hace necesario aprender a dominar todos los recursos que la red nos brinda, pues ¡De poco valor son las perlas en manos de quienes no aquilatamos su valor!. Necesito aprender, varias cosas importantes: Distinguir lo que quiero encontrar, saber si se trata de verdaderos tesoros o simple "oro engañatontos", cómo extraer u obtener dichos tesoros, cómo usarlos y sacar el mejor provecho de los mismos y luego irlos acrecentando poco a poco. Con lo que, podré defenderme mejor en las lides del litigio en los diferentes campos y lograr mayores victorias.